Siempre
que pasa uno de estos días señalados que llevas esperando tanto tiempo, me
gusta a posteriori tomarle el regusto a las sensaciones, es como leer los posos
de una buena copa que estás a punto de terminar. Te queda la sensación de
vacío, de objetivo cumplido pero del desamparo de no tener un aliciente nuevo
ya a la vuelta de la esquina que sea lo suficientemente bueno para volverte a
hipermotivar inmediatamente.
Está
claro que en estos momentos, no siempre
puedes marcarte objetivos superiores al anterior, a veces éstos deben
ser realistas o mas asumibles que lo conseguido, no se puede siempre ir a mas y
a mas.
Como
primera reflexión de esta carrera del Ebro, una vez pasada la euforia propia de
la carrera, ver que mi estado de forma en el cual llegué a ella no era el mejor
posible, ya que el último mes no pude realizar mas que dos entrenamientos por
semana, pero tener claro igualmente que una mejor preparación me podría haber
aupado qué…¿5 minutos menos?...¿Igualar como mucho las 3 horas?... Tampoco
hubiera cambiado mucho el tema.
Salir
salí muy lento y tranquilo, miedoso o precavido puede ser… tanto, que mirando
los reportajes de fotos, en los km 5 al 8 apenas parece que llevo detrás a 15 o
20 corredores, y muchos de ellos no llegaron a meta…
Fotografía cortesía de Celedonio García (http://aragonia-pedestrismo.blogspot.com.es/)
Un
detalle a comentar es que si me hubiera ido parando a recoger todos los geles
que veía que se habían caído enteros (porque tenían el precinto puesto) igual
tenía para todo un año. Es verdad que un poco guarros somos (yo me incluyo, aunque guardé los envoltorios hasta que encontré un militar al que
dárselos), yo que iba de “coche escoba”, había cunetas repletas de botellas y
geles. También no es menos cierto que tras los avituallamientos, había varios
cubos, pero la mayoría estaban demasiado cerca del avituallamiento como para
depositar allí la botella. Es imaginable que 50 m después de coger la
botella no la puedes tirar, ¡si no te ha dado tiempo ni a darle el primer
sorbo!…
Como
ya comenté, la carrera se diferenciaba en 4 partes bien distintas, que yo me
había marcado a fuego. Las dos primeras creo que las solventé tranquilo, a la
marcheta y sin cansarme, y la tercera fue la que mas se me atragantó, tanta
subida y bajada junta, y con los kilómetros ya acumulados, dejan “marca”.
Supongo que como a la mayoría, esta tercera zona fue la mas dura física, e
incluso mas, psicológicamente.
Fotografía cortesía de Celedonio García (http://aragonia-pedestrismo.blogspot.com.es/)
Comparando
los parciales con mas gente, veo que mi peor zona fue de los km 19 al 27, esos 9 km me salieron a una media
de 6:35 m/km, e hizo que el objetivo de las 3 horas me quedase bastante lejos. Hasta
el km 18, habiendo andado ya los dos primeros “muros” de la segunda parte de
carrera, mantenía una media justo por debajo de 6´. Este peor tramo alberga
toda la zona de subida de la segunda parte de carrera, la última cuesta y
bajada de la culebrilla, y la recta contra el aire hasta coger la ribera del
río. Es la zona en la que andé en las subidas mas duras, y luego me paré a ver
a la familia y darles un abrazo, pero esos segundos los recuperé moralmente.
Curiosamente,
desde este giro a la ribera y hasta meta (km 27 al 30), se pueden calificar de
mis “mejores” km, comparativamente con otros parciales de varios corredores.
Igual eran mis ganas de llegar y acabar ya con el sufrimiento, la ilusión de
acabar, los ánimos recibidos…, o simplemente que, ante la igualdad de escasez
de fuerzas, mi trote cansino es mas eficiente comparativamente que otros.
Incluso mi último medio km me salió a 5´ pelados.
De
la organización y recorrido tengo poco o nada que objetar, todo perfecto. Los
avituallamientos un poco espaciados si no llevabas bidón encima. Seguro que al
año que viene, si es el recorrido similar, sale mas gente con agua encima.
Ahora,
volviendo al primer párrafo de esta entrada, toca ponerse objetivos para retomar una rutina de entrenamiento. La
media maratón de Sabiñánigo, que he corrido los dos años anteriores, creo que
éste no va poder ser, por la cercanía con la del Ebro y el poco tiempo para
recuperar. Me marco como objetivo la
Media de Zaragoza, el 12 de Mayo, para lo cual, tampoco
vendría mal correr la de Calatayud, el 14 de Abril, aunque podría ser
conveniente tomársela como entrenamiento, y para ver en qué tiempos me puedo
mover, si me puedo acercar al 1:45 del año pasado o estoy peor de forma.
Por
cierto, aprovechando el final de las rebajas, me compré otras Adidas Supernova
Glide, esta vez la versión 4, para cuando las que llevo ahora (versión 3)
acaben su vida útil.
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